Estudios Arqueológicos en el Ecuador
“Una
nación que no conoce su pasado es como un árbol sin raíces. Hay que saber de
dónde venimos para comprender y preparar un futuro mejor.” (Murillo 1996:73)
El Ecuador, de acuerdo a su ubicación geográfica
está atravesado de Norte a Sur por la cordillera de los Andes, donde se
evidencian tres zonas: Costa, Sierra y Oriente; y otra zona que es la del
Archipiélago de Colón en mar abierto. Esta ubicación además de estar en un
lugar estratégico, es atravesada por la Línea Equinoccial, que divide al Globo
terráqueo en dos hemisferios: el Norte y el Sur, lo que le permite tener una
diversidad asombrosa de micro-sistemas gracias a los múltiples factores de
mayor o menor altura.
Los descubrimientos arqueológicos, nos han
ayudado a conocer los cambios realizados a medida que el hombre se fue ubicando
en los diferentes ambientes para la sobrevivencia y la alimentación. Estos
asentamientos se dieron especialmente en el perfil costanero, llegando a
diferentes lugares que la historia no ha podido determinar todavía con
exactitud; existen versiones que certifican, que quienes poblaron el continente
llegaron por el estrecho de Bering entre
Alaska (Norteamérica) y la península de Chukotka (Siberia), donde afloró un
puente de tierra que actualmente está bajo del mar.
Una de las zonas de mayor desarrollo histórico
arqueológico la describe en donde realza a la Isla Puna (1966)
dentro del golfo de Guayaquil, esto provocó el encierro de dos grandes
asentamientos que tuvieron rivalidades como son los Punáes y los Tumbesinos,
que se comparan con la cultura Milagro-Quevedo, especialmente en las tumbas de
pozo con una cámara lateral en el fondo donde los ajuares que poseen los
enterramientos son iguales.
De acuerdo a estudios realizados por expertos y
científicos, los diferentes entornos de la costa, se prestaron para dar acogida
a culturas portadoras de diferentes especializaciones por las variadas acciones
de trabajo que aplicaban en su diario vivir, como recolectores de frutos,
pescadores y cazadores.
Con el debido reconocimiento a través de
los años, las indagaciones arqueológicas del Ecuador, han tenido varios
enfoques regionales, por ejemplo el Monseñor
Federico González Suárez y sus discípulos compañeros Jacinto Jijón y Caamaño y Carlos Manuel Larrea, posteriormente el Doctor Max Uhle, de Alemania trabajaron
mayormente en la Sierra, mientras que Emilio
Estrada Ycaza, Meggers y Evans conjuntamente con Julio Viteri Gamboa (milagreño), lo hicieron en la costa, donde sus
investigaciones formaron parte de la cronología que hoy se acepta en todo el
país.
En la región Amazónica ecuatoriana se
ubica uno de los grandes avances de la exploración, pues durante muchos años
estuvo relegada de estas actividades por la falta de comunicación y porque
existía cierta convicción, de que poco o nada podría aportar al esclarecimiento
de nuestro pasado prehistórico; hasta que, a mediados de este siglo, el
misionero Josefino y el padre Pedro Porras García, se
dedicaron con ahínco a la investigación arqueológica en el Oriente ecuatoriano.
Con respecto al tratado de la cronología
del país, se ha visto facilitado porque las técnicas arqueológicas han
evolucionado en forma impresionante, desde que se hicieron las primeras
observaciones de Monseñor González Suárez a principio de siglo.
Estos estudios centrados en grandes asentamientos
que se dieron en la costa, tuvieron un mayor desarrollo económico, favorecido
por el sistema fluvial que prestaba el Río Guayas.
Los
antiguos pobladores reconocían la interferencia que se producía cuando las culturas
se vieron influenciadas por otras. El quehacer arqueológico ha determinado que
no existe una frontera física para ella, y esto se hace notable cuando
vestigios de una cultura se encuentran en territorio que se considera
predominante para otras sociedades, sin que esto quiera implicar una
dependencia de la relación entre ambas.
Este
compendio muestra una recopilación de material bibliográfico, presentado por
expertos y entendidos en la materia sobre nuestro pasado nacional,
principalmente en los sectores de la Costa ecuatoriana, donde se han encontrado
las primeras evidencias de una cultura antigua.
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