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El presente blog tiene el propósito de fomentar el valor de nuestra cultura ecuatoriana, especialmente la Valdivia y Milagro-Quevedo asentadas en la región costa (Ruta del Spondylus) y caracterizar las expresiones de estas culturas en su influencia social y en el desarrollo de la arquitectura, restos líticos, óseos y cerámicos.

lunes, 28 de mayo de 2012

Prehistoria


El Hombre y la Organización Social

Con el pasar del tiempo el hombre se mantenido presente mediante la implementación de diversas técnicas de supervivencia, creciendo y formándose en sociedades que han colaborado en la evolución de su modo de vida. Tales sociedades han vivido el crecimiento conjunto con el hombre viéndose transformadas con el pasar de los tiempos.

Periodo  Paleo-Indio, pre cerámico o recolector
(10.000 a.C. - 4.000 a.C.)

El hombre a través de la historia y su desarrollo cultural se caracterizaba por ser cazador y recolector que tenía una existencia determinada por el modo de obtención de los alimentos y la defensa de los peligros ambientales. Vivian en clanes donde todos los miembros del grupo participaban en las tareas de obtención de los bienes estratégicos. La recolección, la caza y la pesca, no dejaban excedentes, y la distribución e intercambio de los productos lo realizaban por fe inmediata. Confirmándose luego que la cultura de Las Vegas se daba a la práctica la agriculturas con cultivo de maíz alrededor de los años 6.000 a.C.



Periodo Formativo o Agrícola
(3.900 – 500 a.C.)
Esta fase representa una etapa de evolución humana, donde se desarrolló un sistema agrícola con el establecimiento de comunidades permanentes que obtenían la mayor parte de su alimentación del cultivo de la tierra.

Por su sistema agrícola se organizaron en una forma social, basada en la comunidad tribal (familiar) que agrupaba en su interior a personas unidas por lazos de consanguinidad, consolidadas por el trabajo colectivo, la comunidad de intereses, lenguaje, costumbres, tradiciones y otros rasgos culturales. Los esfuerzos compartidos permitieron establecer que los medios de producción sean propiedad de la comunidad. En el trabajo colectivo los grupos tenían una organización horizontal  donde se compartían las labores del campo, la pesca y recolección.



Las enfermedades

El hombre prehistórico estuvo expuesto en caer en accidentes por todas las actividades realizadas en las condiciones de trabajo, alimentación y la influencia nociva del medio. Esto lo lleva a estar acosado siempre por el fantasma de la enfermedad. No se tiene evidencias reales, pero  se supones que los trastornos pasajeros, las pequeñas heridas o traumatismos, fueron tratados por la propia persona o por algún miembro del grupo familiar mediante terapias empíricas.
Estas enfermedades que padecieron se entretejieron en el misterio y temor, ya que afectaba la estabilidad del grupo y su trabajo; por esta razón, estos males debían encontrar una explicación, recurriéndose entonces a la magia, pensando que alguien había hecho daño a la persona, quitándole una parte sustancial de su ser, su espíritu, e introduciendo algo extraño en su cuerpo. El mal puede ser provocado por otra persona o por la propia naturaleza que emana enfermedad, por el poder que subyace en la tierra, en el aire, en el huracán. 



El tratamiento que recibieron era mágico y se basa en proceder a un ritual, cuyo objetivo era extraer el cuerpo extraño, devolver el espíritu, limpiar, purificar, prevenir. Así la comunidad es protegida y a todos llega la acción terapéutica. El ritual es parte de la vida del clan, de su economía, realzándose diversos rituales curativos lo que da una vista de la vulnerabilidad de los pueblos primitivos a las enfermedades y la importancia que tenían para una vida sana.
La enfermedad era considerada como  un castigo a la contravención de las normas sacralizadas de la relación con lo divino y lo humano. La noción del pecado estaba difundida y en expiación se hacían grandes sacrificios. La enfermedad se consideraba como una presencia independiente del individuo, incorporada temporalmente al hombre, aunque sin dejar de permanecer extraña a él (Coury 1972) [pág. 89]
La saludEra el resultado de la armonía entre el hombre y su dios, así los pueblos Manteños de la Costa, tenían según Cieza (1962:158)
La salud era también la relación armónica entre el hombre y la sociedad que se expresaba a través del cumplimiento de las normas comunitarias, esta se veía alterada como consecuencia de la acción patógena (enfermiza) de entidades sobrenaturales, por la ruptura del equilibrio de las relaciones sociales y por la acción de ciertos elementos conocidos que se presentan en el ámbito de la vida practica de los individuos.Para mantener un equilibrio armónico hay una relación con la naturaleza y las personas; también hay que satisfacer las necesidades materiales y sobre todo aceptar y solicitar la protección divina.



El individuo encargado de la protección de la salud de la comunidad, era el sacerdote, mago y adivino, además de curandero y conocía las enfermedades, exploraba sus causas a través de procedimientos rituales y adivinatorios y curaba mediante técnicas mágicas, religiosas, empíricas, racionales y psicológicas.
El oficio se pasaba de padres a hijos, en algunas ocasiones eran hombres que habían recibido un aviso sobrenatural o poseían alguna anormalidad física o mental, cada comunidad tenía uno o más agentes de la salud que se encargaba de la protección [pág. 199]. No se conoce el nombre que se asignaba propiamente dicho, pero hay representaciones en las cerámicas realizadas por los primeros aborígenes del Ecuador, donde se ven representados rasgos como:

·         Morteros en forma de felinos·         Figurines antropo-zoomorfos·         Atuendos de oro·         Figurines en ademan de combate·         Ceremonias colectivas·         Atuendos de piel de jaguar



Otras de las representaciones tenían como distintivos serpientes que adoraban su cabeza, collares colgantes de jade, dientes de animales, caracoles, hachas de piedra, cobre; también usaban como emblema el poder del “bastón shamánico” (Haro 1973.15) [pág. 201].
En notable que estas actividades del saber curandero, con el tiempo se irían separando en ciertas especializaciones y formándose sus propios especialistas del saber de la salud. La atención del embarazo, el parto y el puerperio, habría constituido consecuentemente la “partera”. Igualmente podemos decir de las prácticas para diagnosticar y curar fracturas y luxaciones así se transforma el actual sobador, fregador o tocador de la medicina tradicional.
La participación de la naturaleza a través de las plantas medicinales se iría acumulando progresivamente y aparece el personaje que tiene la especialización para identificar las diferentes especies útiles para las enfermedades que afrontaba el hombre primitivo convirtiéndose en el “hierbatero” o “herbolario”. Es necesario puntualizar que las curaciones estaban fundamentadas en los recursos psicológicos, tanto en el diagnostico como en el tratamiento.“La medicina es una forma de control social”, tal como lo han concebido en sus estudios de las sociedades primitivas Ackerknecht y Devereux.

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